Puede que elegir la fecha del 25 de octubre para iniciar un diario parezca un poco random, pero tengo mis motivos. Hace justo un año, sin saberlo yo y sin saberlo él, conocí al chico que (casi) me jodería la vida. Parece un poco melodramático, y puede que lo sea, pero uno no se termina de tomar en serio las consecuencias del desamor hasta que lo vive en sus propias carnes.
Ya lo tengo casi superado. Digo casi porque, aunque me duele lo que hizo, no pienso dejar que vuelva a cambiar mi vida ni un ápice, ni que me cambie a mi. Aún así, tengo momentos de recaída; los problemas complicados nunca tienen soluciones simples, y esta no es una excepción. Tengo unas amigas cojonudas que han estado ahí desde el principio, que han sabido mantenerme con los pies en el suelo y no han dudado en ayudarme, pero por otro lado, hay personas que pecan de ese optimismo tóxico que peca de esperar a que la solución se solucione poniendo yo la otra mejilla, cuando realmente no sé si es esa la solución (y desde luego no pienso experimentarlo para comprobarlo).
Hace mucho que dejé de escribir. Siempre fui una niña retraída y tímida, a la que le encantaba reflejar sus pensamientos con las palabras. Sólo había un problema: y es que no encontraba sobre qué escribir. Al parecer, el contar mi día a día del instituto, de cómo escribía fanfics y me pasaba el día escuchando música no interesaba a nadie. Pero ahora sí que tengo sobre lo que escribir, y casi se me había olvidado.
En el instituto tenía muy pocos amigos, y los pocos que tenía ya casi los he perdido. Empecé la universidad con la esperanza de que el cambio de ambiente fuera una tabula rasa. Empecé haciendo amigos, conociendo a chicos, empatizando con mis compañeros de clase... y cuatro años después, sin querer darme cuenta, me encontraba en una maraña de nombres, situaciones surrealistas y ralladas mentales que resolver.
Todo lo que se habla aquí es completamente real y, sin embargo, para proteger la identidad de los implicados, voy a cambiar el nombre y las identidades de todas las personas. Además, no voy a dar detalles de mi propia identidad, incluso mi nombre es tan sólo un apodo. Nombres de lugares, ciudades y demás serán cambiados u ocultados. Sin embargo, no hago esto sólo con ánimo protector, y es que quiero que, ya seas de mi ciudad, de mi país o por algún casual estés leyendo esto desde el otro lado del mundo, quiero que sientas que todo esto le podría pasar a cualquiera, incluido a ti.
Me presento: me llamo Ainara. No quiero definirme, prefiero que os hagáis una idea de mí según vayáis leyendo mis publicaciones, ya sea buena o mala. Como ya he dicho antes, tengo la suerte de tener muchos amigos y encima buenos, algo de lo que muy poca gente puede presumir.
Para empezar, tengo una especie de aquelarre con mis tres mejores amigas: Lola, Candela y Alba. Sin ellas, no podría ser la protagonistas de esta historia. Chicks before dicks, bellas before fellas, sisters before misters, hoes before bros, etc. Sin embargo, no somos exclusivas, ya que para ser amiga nuestra sólo hace falta que la honestidad esté por delante de todo, incluso de nosotras mismas, para lo bueno y para lo malo. Hemos tenido nuestros problemas y los hemos superado juntas, las fortalezas de unas equilibran las debilidades de las otras.
Por otro lado, tengo a los que considero mis «compañeros de clase», sí, entre comillas, porque poco a poco se han convertido en un apoyo fundamental en mi vida. Son Pol, Noa y Leire. Sobre todo Noa, quien con su afilada sensatez y aguda inteligencia ha conseguido darme visiones de los hechos más acertadas.
También iré hablando de personas y hechos que, a lo largo de mi vida, me han ido influyendo de manera positiva o negativa. He introducido a los personajes principales pero hay más, muchos más. Debo aclarar que, aunque utilizaré este blog a modo de diario, no publicaré todos los días, por falta de ganas o de tiempo. Uno de mis defectos es que soy inconstante, pero por una vez las reglas las voy a poner yo. A pesar del sufrimiento por el que tengo que pasar en estos momentos, espero leer esto en un futuro y poder estar orgullosa de las decisiones que tomé.
Seguid en pie a pesar del tiempo,
Ainara xxx